Vivimos inmersos en un mundo, en el que todos sus habitantes
estamos relacionados entre sí, formando parte del gran ciclo de la vida.
Todos formamos un gran conjunto vivo: la tierra, los
vegetales, los animales, el hombre, etc…
Cuando nos encontramos en equilibrio con lo que nos rodea y
con nosotros mismos, nos encontramos bien, vivimos con salud, pero en el
momento rompemos ese equilibrio y nos alejamos de las leyes universales de la
naturaleza, abrimos la puerta a la enfermedad, que no es más que un mecanismo
del cuerpo para remediar una situación que lo está poniendo en peligro.
De la misma forma que la Naturaleza busca siempre el
equilibrio, así mismo lo hace nuestro cuerpo, de forma instintiva.
Por ejemplo: si nos rompemos un hueso, todas nuestras células trabajarán para soldarlo, si nos hacemos una herida, trabajarán para sanarla. Si ingerimos algún tóxico, trabajarán para expulsarlo.
Por ejemplo: si nos rompemos un hueso, todas nuestras células trabajarán para soldarlo, si nos hacemos una herida, trabajarán para sanarla. Si ingerimos algún tóxico, trabajarán para expulsarlo.
Y esa fuerza natural que se manifiesta para guardar el
equilibrio, para autocurarse y autoregenerase, es la Energía Vital. Todo en la
vida es una manifestación de la Energía Vital.
Vivimos gracias a esa Energía, que obtenemos: mediante la
respiración, la alimentación, el Sol, el agua, el contacto con la Naturaleza,
el descanso, el movimiento, interactuando con los demás, mediante la
meditación, los pensamientos positivos, nuestras aficiones, etc…
Esta Energía Vital, siempre buscará procurarnos salud, ya
que este es el estado normal de todo ser vivo, mientras se mantenga en
equilibrio respetando las leyes de la naturaleza.
Esta energía vital abarca, además del cuerpo físico, nuestro
cuerpo emocional y nuestro cuerpo mental, de forma que; si estamos gastando más
de la que adquirimos nos encontraremos fatigados, apáticos, sin ánimo, tristes,
y no podremos gestionar correctamente el día a día de nuestras vidas. Todo nos
saturará, y entonces llega la ENERVACIÓN.
La enervación es una reducción de energía vital a un umbral
en el que ya no puede cumplirse el desarrollo normal de las funciones vitales
de nuestro organismo.
Las causas de esta pérdida de energía son:
- Vivir en contradicción con las leyes naturales,
- El entorno tóxico y antiecológico que nos rodea,
- Un trabajo que no nos gusta, no nos realiza,
- Hábitos de alimentación poco saludables,
- Tóxicos: medicamentos, tabaco, alcohol, drogas, …
- Relaciones sociales conflictivas e insatisfactorias,
- Falta de motivación y de ilusiones,
- Desajuste en los biorritmos, etc…
Así que, lo primero que deberemos hacer es echar un vistazo
a nuestro estilo de vida, revisar nuestros hábitos y detectar dónde se están
produciendo esas fugas energéticas.
Tomar conciencia es el primer paso.
Tomar conciencia es el primer paso.
Hasta pronto.
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