jueves, 6 de agosto de 2020

EL MIEDO (II). LA ANSIEDAD




"La vida comienza donde terminan los miedos."
 Osho.


Como ya os comenté en un post anterior, el miedo es una de las cuatro emociones básicas. Y es la más limitante y desequilibrante.

El miedo te condiciona, limita y distorsiona tu vivencia de la realidad. Te disminuye la percepción del mundo exterior. 
Te bloquea tanto emocional como físicamente.
¿Cuántos de nosotros no dejamos un trabajo desgastante y que nada tiene que ver con nosotros por miedo?
¿Cuantos no dejan a una pareja que los está ninguneando o maltratand por miedo?
¿Cuantos no ponemos límites ante determinados comportamientos por miedo?

Podemos resumir los principales miedos en los siguientes:
  • Miedo a la soledad.
  • Miedo a no valerse por sí mismo.
  • Miedo al sufrimiento o al dolor.
  • Miedo a la pérdida del control.
  • Miedo a la muerte.
Ya comenté que el miedo tiene su parte positiva. La parte que nos permite anticipar y reconocer un peligro. Nos mantiene en estado de alerta para afrontar cualquer situación peligrosa. Pero cuando tenemos miedo de algo no real, de algo que todavía no ha ocurrido, de algo negativo que esperamos que ocurra, entonces nos limita mucho en nuestro comportamiento, en nuestras decisiones, en nuestro vivir.

Cuando hay cierta posibilidad de que algo ocurra, y yo le doy fuerza e imagino que seguro que va a ocurrir y empiezo a obsesionarme y me atemoriza, entonces llega la ansiedad.

La ansiedad es un sentimiento de inquietud, de inseguridad, nerviosismo, preocupación, temor, por lo que está a punto de ocurrir o por lo que esperamos que ocurra.

En la ansiedad nos proyectamos hacia el futuro. Una frase muy buena que leí una vez: "La ansiedad es la mente yendo más rápido que la vida."

Así pues, es una mezcla de miedo y de anticipación. 
Cuando tenemos ansiedad, tenemos un sentimiento interior de inquietud, desasosiego y estamos en constante estado de guardia, esperando lo peor.

Muchas son las causas que nos la provocan:
  • Sentimientos de preocupación , indecisión y el no saber qué hacer para resolver una situación.
  • Vivir en un entorno violento.
  • Encontrarse en una situación en la que estamos sufriendo un abuso de poder.
  • Miedo a quedarnos sin trabajo o sin dinero.
  • Sentimientos de frustración y de "no dar la talla".
  • Miedo a perder el amor, miedo a la soledad. A que nos engañe la pareja.
  • Tener que hablar delante de público o actuar en un recital.
Y entonces llegan los síntomas, para avisarnos y para motivarnos a realizar un cambio en nuestra vida. Para decirnos que si no cogemos las riendas y retomamos nuestro camino, enfermaremos. Algunos de estos sintomas son:
  • Sensación de nerviosismo y agitación. 
  • Irritabilidad.
  • Aumento del ritmo cardíaco.
  • Tensión corporal que no nos permite relajarnos.
  • Respiración acelerada y dificultosa. Que nos da la sensación de que nos vamos a ahogar.
  • Opresión en el pecho.
  • Dificultad para dormir, para concentrarnos.
  • Aumento de la sudoración.
  • Vértigo y sensación de pérdida de control.
  • Dolor de cabeza.
  • Nudo en el estómago.
  • Bloqueos.
Actualmente para combatir la ansiedad se utilizan muchos medicamentos: ansiolíticos. Pero esos medicamentos no hacen que lleguemos a la causa de esa ansiedad. Con lo que nos podrán aliviar momentáneamente, pero si no llegamos a la causa y la resolvemos... volverá.

La curación viene de trabajar las emociones y sobre todo de aprender a vivir en el aquí y en el ahora. Y esto lleva su tiempo. Somos unos grandes desconocidos para nosotros mismos y debemos conocernos para poder llegar a nuestros miedos, a nuestras preocupaciones y trabajarlas desde dentro.

Os doy, a continuación unos consejos para que os vayais poniendo en marcha:
  • Ejercicio físico. Mens sana in corpore sano. El deporte reduce la preocupación y la indecisión. Con el movimiento la energía desciende al cuerpo físico y se aquieta la mente.
  • Puedes practicar yoga, tai-chi o técnicas similares, relajan y son buenas canalizadoras y equilibradoras de la energía.
  • Practica la respiración consciente, la relajación y la meditación. La respiración abdominal nos ayuda a centrarnos.
  • Sal a pasear. Pasear tranquilamente, acompasando la respiración con el paseo relajado te ayudará a estar más tranquilo/a. 
  • Camina por la naturaleza. Por la playa. Descalzo/a, para conectar con la Madre Tierra. Abre tus sentidos a todo lo que te rodea. Los paseos por la naturaleza ayudan a conectar con tu interior.
  • Duerme lo suficiente. Repón tu energía.
  • Cambia tus hábitos de alimentación. Apártate de los procesados que aumentan las toxinas en tu cuerpo y opta por alimentos naturales que te limpian y que te aportan energía vital. 
  • Habla con la gente que te quiere de lo que te preocupa. Te ayudarán a relativizarlo.
  • Colorea mandalas.  En oriente los utilizan para entrar a la consciencia. Te ayudan a concentrarte y a conectar con tus sentimientos.
  • Pon música y baila. Desbloquea tu cuerpo.
Y por último recuerda. Cualquier situación de tu vida, tiene una fecha de caducidad. Así que pinta un cartel y ponlo en un lugar donde todos los días puedas verlo que diga lo siguiente:

"ESTO TAMBIÉN PASARÁ"

Te ayudará a darte cuenta de lo efímero de los problemas, de que todo pasa y de que debemos de vivir en el Ahora y disfrutarlo al máximo.

¡Hasta la próxima!














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