"Si estuvieras libre de todo temor,
¿Sabes lo que ocurriría?
¡Harías exactamente lo que quieres hacer!"
J. Khrisnamurti
Tal y como comenté en un artículo anterior, el miedo es una de las cuatro emociones básicas.
En principio, el miedo es un instinto de supervivencia que nos sirve para mantener la integridad física. Nos permite anticipar el peligro y reconocerlo. Desde ese punto de vista, es una emoción positiva. En una situación de peligro el miedo provoca una serie de reacciones en nuestro cuerpo que nos prepara para la huída o para la lucha. En este caso es una emoción momentanea, causada por una situación de peligro. El problema es cuando esa sensación es permanente, porque entonces intoxica mi organismo.
Existen diferentes tipos de miedo:
- Físico, material o instintivo: Miedo a los animales, insectos, lugares cerrados, a no tener recursos materiales, a los aviones, a la enfermedad, etc...
- Emocional o relacional: Al rechazo, al abandono, a la soledad, a nos ser querido, a lo que piensen los demás, etc...
- Miedos de valoracion de uno mismo: A equivocar mi camino, a no ser suficiente, a no tener exito,al fracaso, a no alcanzar mis metas.
- Miedos trascendentales: A morir, a vivir, a la incertidumbre, al cambio, etc...
Pregúntate:
- ¿Si no tuvieses miedos que harías?
Basta con hacerse esa pregunta para darse cuenta de cuan limitada está nuestra vida por el miedo.
El miedo hace que evitemos encontrarnos con situaciones a las que tememos y ello hace que muchas de nuestras necesidades vitales no queden cubiertas. El miedo nos paraliza.
Paulo Cohelo dice: "Cuantas cosas perdemos por miedo a perder".
Enfrentarnos conscientemente y decididamente al miedo es el primer paso para superarlo.
Nelson Mandela decía: "Aprendí que el coraje no es la ausencia del miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que conquiesta ese miedo."
La mejor terapia para conseguirlo es aumentar nuestra energía. Si no tenemos energía vital, es muy dificil que podamos afrontar nuestros miedos.
¿Qué herramientas nos pueden ayudar a aumentar nuestra energía y, de esa forma, a enfrentar nuestros miedos?
- Las técnicas de relajación, meditación y visualización.
- El ejercicio físico.
- Respiraciones profundas y conscientes.
- Atención al momento presente.
- Racionaliza los miedos irreales.
- Dormir suficiente.
- Una alimentación saludable, bien combinada y con gran cantidad de alimentos crudos: frutas y verduras.
- Masajes.
- Hacer aquellas cosas que nos gustan, que nos aportan energía.
Os propongo un pequeño ejercicio de visualización para aumentar la energía y aliviar las preocupaciones.
Pon una música relajante, acuestate, cierra los ojos e imagina que estás en un lugar especialmente agradable para tí. Piensa que estás allí, disfrutando del entorno. Siente. Déjate impregnar por esa sensación. Te encuentras muy bien. Ese lugar tiene muy buenos recuerdos y en él eres muy feliz. Sientes el olor, el sonido, la luz, el ambiente. Respiras tranquilidad y disfrute. Respiras paz y sosiego. Permanece así unos minutos y cuando quieras vuelve a tomar conciencia de tu cuerpo. Mueve poco a poco las manos, los pies, abre los ojos. Te sentirás mucho más tranquilo/a y relajado/a. Transportate a ese lugar siempre que lo necesites.
Continuaré ahondando en esta emoción en próximos posts.
¡Hasta la próxima! Y recuerda....
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